Donald Trump ante el Congreso: muchas promesas y pocos detalles
Donald Trump en su primer discurso en el Capitolio,
en el que, adoptando por fin un tono más presidencial, ha proclamado la
eclosión de “un nuevo orgullo nacional” que, a su juicio trae “una
oleada de optimismo y coloca los sueños imposibles firmemente a nuestro
alcance”.
Más allá de la arenga patriótica, había expectación por conocer cómo concretaría sus promesas electorales, que no acaban de cuadrar desde el punto de vista presupuestario, porque es en el Congreso donde deben ser aprobadas, pero el nuevo presidente de Estados Unidos no es muy partidario de entrar en detalles. Su discurso fue la enésima reiteración de su agenda antiglobalización, sin aclarar cómo va hacer para acabar con la inmigración ilegal, reconstruir las infraestructuras del país, rearmar al Ejército y bajar drásticamente los impuestos, y, por supuesto, desmantelar el Obamacare.
Antes que eso, Trump hizo su consabida descripción de la situación catastrófica que a su juicio vive Estados Unidos en todos los ámbitos para presentarse como el líder de un nuevo movimiento regeneracionista: “Estoy pidiendo a todos los ciudadanos que abracen esta Renovación del Espíritu Americano. Les pido a todos los miembros del Congreso que se unan a mí para soñar algo grande para nuestro país”.
Trump pidió un esfuerzo de unidad bipartita a los congresistas, pero sin ceder ni un milímetro en los planteamientos que tanto rechazo han generado en la bancada demócrata. Por la tarde habían sonado todas las alarmas por la información surgida en un encuentro de Trump con presentadores de informativos de la televisión durante el cual el presidente se mostró dispuesto a legalizar la situación de millones de inmigrantes indocumentados “que no hayan cometido delitos graves”.
Los participantes en la reunión habían aceptado un compromiso de confidencialidad, pero trascendió que Trump les aseguró que “es el momento adecuado para un proyecto de ley de inmigración, siempre y cuando haya un compromiso de ambas partes”. Eso significaba un giro de 180º respecto a todo lo que ha dicho y hecho Trump antes y después de tomar posesión como presidente, pero la idea no parecía tan ambiciosa cuando la planteó en el Congreso.
Primero continuó identificando inmigración y delincuencia –“mientras hablamos, estamos eliminando pandillas de narcotraficantes y criminales que amenazan a nuestras comunidades”– y luego planteó la propuesta de forma más ambigua. “Creo que es posible una reforma migratoria real y positiva, siempre y cuando nos enfoquemos en los siguientes objetivos: mejorar los empleos y los salarios de los estadounidenses, fortalecer la seguridad de nuestra nación y restablecer el respeto a nuestras leyes”.
Donald Trump se empleó a fondo en dos asuntos que le han costado críticas dentro de sus propias filas. Empezó condenando los actos vandálicos y profanaciones contra cementerios judíos, porque había tardado en hacerlo, y homenajeó al soldado Ryan Owens, que perdió la vida en la primera operación de combate de su mandato.
La operación recibió críticas incluso de senadores republicanos y el padre del soldado muerto, militar retirado, se negó a saludar al presidente. Sí lo hizo en cambio, la viuda, Carryn, que asistió al acto en el Congreso junto a la primera dama.
Las llamadas a la unidad de los congresistas, formuladas por Trump, algunas con algo de cinismo: “Juntos hemos de salvar a Estados Unidos del desastre del Obamacare”, no parece que vayan a ser correspondidas. Astrid Silva, una dreamer seleccionada por el Partido Demócrata insistió que “Donald Trump nos está regresando a las épocas más oscuras de nuestra historia”.
“La antorcha está ahora en nuestras manos. Y la usaremos para
iluminar al mundo. Estoy aquí esta noche para entregar un mensaje de
unidad y fuerza”. Así se presentó Más allá de la arenga patriótica, había expectación por conocer cómo concretaría sus promesas electorales, que no acaban de cuadrar desde el punto de vista presupuestario, porque es en el Congreso donde deben ser aprobadas, pero el nuevo presidente de Estados Unidos no es muy partidario de entrar en detalles. Su discurso fue la enésima reiteración de su agenda antiglobalización, sin aclarar cómo va hacer para acabar con la inmigración ilegal, reconstruir las infraestructuras del país, rearmar al Ejército y bajar drásticamente los impuestos, y, por supuesto, desmantelar el Obamacare.
Antes que eso, Trump hizo su consabida descripción de la situación catastrófica que a su juicio vive Estados Unidos en todos los ámbitos para presentarse como el líder de un nuevo movimiento regeneracionista: “Estoy pidiendo a todos los ciudadanos que abracen esta Renovación del Espíritu Americano. Les pido a todos los miembros del Congreso que se unan a mí para soñar algo grande para nuestro país”.
Trump pidió un esfuerzo de unidad bipartita a los congresistas, pero sin ceder ni un milímetro en los planteamientos que tanto rechazo han generado en la bancada demócrata. Por la tarde habían sonado todas las alarmas por la información surgida en un encuentro de Trump con presentadores de informativos de la televisión durante el cual el presidente se mostró dispuesto a legalizar la situación de millones de inmigrantes indocumentados “que no hayan cometido delitos graves”.
Los participantes en la reunión habían aceptado un compromiso de confidencialidad, pero trascendió que Trump les aseguró que “es el momento adecuado para un proyecto de ley de inmigración, siempre y cuando haya un compromiso de ambas partes”. Eso significaba un giro de 180º respecto a todo lo que ha dicho y hecho Trump antes y después de tomar posesión como presidente, pero la idea no parecía tan ambiciosa cuando la planteó en el Congreso.
Primero continuó identificando inmigración y delincuencia –“mientras hablamos, estamos eliminando pandillas de narcotraficantes y criminales que amenazan a nuestras comunidades”– y luego planteó la propuesta de forma más ambigua. “Creo que es posible una reforma migratoria real y positiva, siempre y cuando nos enfoquemos en los siguientes objetivos: mejorar los empleos y los salarios de los estadounidenses, fortalecer la seguridad de nuestra nación y restablecer el respeto a nuestras leyes”.
Donald Trump se empleó a fondo en dos asuntos que le han costado críticas dentro de sus propias filas. Empezó condenando los actos vandálicos y profanaciones contra cementerios judíos, porque había tardado en hacerlo, y homenajeó al soldado Ryan Owens, que perdió la vida en la primera operación de combate de su mandato.
La operación recibió críticas incluso de senadores republicanos y el padre del soldado muerto, militar retirado, se negó a saludar al presidente. Sí lo hizo en cambio, la viuda, Carryn, que asistió al acto en el Congreso junto a la primera dama.
Las llamadas a la unidad de los congresistas, formuladas por Trump, algunas con algo de cinismo: “Juntos hemos de salvar a Estados Unidos del desastre del Obamacare”, no parece que vayan a ser correspondidas. Astrid Silva, una dreamer seleccionada por el Partido Demócrata insistió que “Donald Trump nos está regresando a las épocas más oscuras de nuestra historia”.
Frases más fuertes de Trump ante el Congreso
Devolver la grandeza a Estados UnidosSomos testigos de una renovación del espíritu estadounidense. Un nuevo capítulo de la grandeza de Estados Unidos está empezando. Un nuevo orgullo nacional está barriendo el país. Ya empezamos a drenar el pantano de la corrupción.Inmigración
Un nuevo orgullo nacional está barriendo el país. Y una nueva oleada de optimismo está colocando sueños imposibles firmemente a nuestro alcance.
Todas las naciones del mundo, amigas o enemigas, verán que nuestro país es fuerte.
Al hacer que finalmente se apliquen nuestras leyes migratorias, vamos a elevar salarios, ayudar a los desempleados, ahorrar miles de millones de dólares y tornar nuestras comunidades más seguras para todos.Economía
Según la Academia Nacional de Ciencias, nuestro sistema actual de inmigración les cuesta a los contribuyentes estadounidenses muchos miles de millones de dólares al año.
Debemos restaurar la integridad y el imperio de la ley en nuestras fronteras. Por eso, pronto comenzaremos la construcción de un gran, gran muro a lo largo de nuestra frontera sur.
Queremos gente que pueda compartir las tradiciones de nuestro país. No gente que traiga muy malas ideas.
Traeré de vuelta millones de empleos. Proteger a nuestros trabajadores significa reformar nuestro sistema legal de inmigración. El actual rebaja los salarios de nuestros trabajadores más pobres. Hay que cambiar el sistema de inmigrantes poco cualificados y adoptar uno de mérito.
Desde que fui elegido, Ford, Fiat-Chrysler, General Motors, Sprint, Softbank, Lockheed, Intel, Walmart y muchos otros han anunciado que invertirán miles de millones de dólares en Estados Unidos y crearán decenas de miles de nuevos empleos estadounidenses.Terrorismo
Proporcionaremos un enorme alivio fiscal para la clase media.
Según datos proporcionados por el Departamento de Justicia, la inmensa mayoría de los individuos condenados por delitos relacionados con el terrorismo desde el 11 de septiembre vinieron aquí desde fuera de nuestro país. Hemos visto los ataques en casa, desde Boston a San Bernardino o el Pentágono y sí, incluso el World Trade Center.Plan de salud
Trabajaremos con nuestros aliados, incluyendo nuestros amigos y aliados en el mundo árabe, para extinguir a este enemigo malvado de nuestro planeta.
Obamacare está colapsando, es un desastre.Medios
La manera de hacer que el seguro de salud esté al alcance de todos es bajar el costo del seguro de salud, y eso es lo que haremos.
Obligar a todos los estadounidenses a comprar un seguro de salud aprobado por el gobierno nunca fue la solución correcta para Estados Unidos.
Tump volvió a calificar a gran parte del periodismo como “deshonesta”. “Son parte importante de los problemas de este sistema corrupto. Informan sin fuentes y en muchos casos inventan las noticias”(Tomado de Cubadebate)
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