De los atractivos de La Habana, su malecón.

Uno de los atractivos de la Habana, capital de la Isla de Cuba es sin dudas,  su gran malecón, incontables historias de amor se han iniciado en este hermoso lugar que aunque no se dejan huellas plasmadas si queda el bello recuerdo de haber sido el lugar del primer beso.

Desde la mañana cientos de personas acogen el Malecón Habanero como un sitio para caminar, coger un poco de sol y ser salpicados por el agua de mar cuando choca contra él,  no es hasta la tarde noche que tiene la mayor cantidad de personas disfrutando de una buena estancia, entre música, risas, cuentos y romances se pasa un rato agradable, y no pocos esperan la luz del alba.

Su belleza arquitectónica también atrae a cientos de turistas cada día que acogen el Malecón como una opción para pasar momentos y experiencias inolvidables, los atrae el espectáculo marino y muchos se van mojados sin tirarse al agua, otros utilizan la bella avenida para retornar en el tiempo y viajar en los almendrones descapotables y así cumplir dos sueños, montar en un Chevrolet del 58 y estar en el malecón de la Habana.

Hotel Nacional de Cuba. (Foto: Cubadebate)

El Hotel Nacional, la tribuna Antimperialista y el Monte de las Banderas se encuentran a solo metros frente al Malecón de La Habana, y también forman parte de los emblemáticos parajes más visitados, la tribuna también acoge a artistas nacionales y extranjeros que cantan al público habanero, muy reciente miles de personas llenaron este lugar para participar en la ‘rave’ de Major Lazer

El agradable fresco de la noche en pareja  sin duda alguna lo hace romántico, por eso no son pocos los que escogen este lugar para una cita romántica y muchos se unen para toda la vida.

En el verano se hace mucho más agitado que de costumbre, cientos de jóvenes acuden a este hermoso lugar no solo para pasar un buen rato, si no para refrescar el calor que llega a los 33ºC en la capital cubana.

Vista del Malecón de la Habana

Particularmente me gusta caminar por el malecón, sentarme y volver a tener una cita de amor como aquella primera vez con mi verdadero amor.