Donald Trump y la reconfiguración del tablero político norteamericano

Un nuevo debate se posiciona en la agenda pública por estos días en Estados Unidos. Se presume que Hillary Clinton va a ganar el voto popular por más de un millón de votos, lo que aviva las protestas en varios estados de todo el país.

Por Oscar Figueredo Reinaldo, especial para la Mesa Redonda

A una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la Mesa Redonda se acerca al paisaje post-electoral en la nación norteña. ¿Cómo ha sido recibida la sorpresiva elección del nuevo presidente norteamericano? ¿Cuáles son las preocupaciones de los estadounidenses que salen a la calles? ¿Se reconfigura el tablero político tras el sufragio de este 8 de noviembre? Sobre estas y otras interrogantes se habló en el programa radio-televisivo de este martes que contó con el análisis de avezados periodistas.

Voto popular vs voto electoral ¿Ineficiente el sistema electoral norteamericano?

Un nuevo debate se posiciona en la agenda pública por estos días en Estados Unidos. Se presume que Hillary Clinton va a ganar el voto popular por más de un millón de votos, lo que aviva las protestas en varios estados de todo el país.

Según opina el analista Reinaldo Taladrid, las manifestaciones tienen un carácter espontáneo y se han producido no solo en estados considerados bastiones demócratas sino también en aquellos tradicionalmente republicanos como son Dallas y Atlanta.

“Estos resultados han abierto una caja de pandora. Primeramente en la mayoría de los estados si ganas las elecciones por un voto te llevas los llevas todos lo que ignora el sentir popular del resto de la población; y el segundo problema es que ya en los últimos 16 años un presidente sale electo sacando menos votos que su rival”.

Sobre este mismo tema, el reconocido periodista informó que en 11 estados demócratas se está proponiendo que los mismos aprueben darle la totalidad de sus votos electorales al que gane el voto popular en el país. Explicó además, que el ex fiscal general Erick Holder está escribiendo un artículo exhaustivo donde plantea que la solución para eliminar este problema es quitar el colegio electoral.

Taladrid dijo además en la Mesa Redonda que resulta curioso que en la noche en que ganó la reelección Barack Obama en noviembre de 2012, Donald Trump escribió en twitter que “el colegio electoral es una desgracia para la democracia”. Mientras que hoy ha declarado públicamente que es una genialidad el colegio electoral.

“Otro de los asuntos que trae a colación estas elecciones que los candidatos a la presidencia concentran su propaganda en 10 estados habitualmente y dejan de interactuar de manera directa con el resto del electorado”, añadió.

El efecto Trump y el voto de 60 millones de personas

Por su parte el jefe de la redacción internacional del periódico Granma, Sergio Alejandro Gómez centró su mirada en las promesas electorales de Trump y las demandas que los más de 60 millones de personas que dieron un si por ese tipo de programa político.

“Cuales quiera que ganara las elecciones el 8 de noviembre se iba a encontrar con un país dividido, un país en crisis del sistema político. Imaginémonos ahora si hubiese ganado Hillary Clinton, las protestas que se hubiesen dado en el bando contrario habrían sido bien fuertes o quizás más violentas por el discurso que manejó durante toda su campaña Trump.”

Según el propio periodista el nuevo presidente norteamericano tiene varios rectos, uno de ellos es unificar al partido republicano, contra el que él mismo hizo fuertes declaraciones a su cúpula. Sin embargo a la vez tiene que responder a ese electorado que apoyó la envestidura de personas no pertenecientes al stablishment tradicional.

“El presidente de Estados Unidos, Barack Obama de gira por estas días declaró que la gente buscaba un cambio, lo que la gente no entendía directamente la dirección de ese cambio”.

Al reflexionar sobre la relevancia del voto latino, el de los jóvenes y los afroamericanos; que en su mayoría apoyó a Hillary Clinton dijo que en realidad el gigante dormido que despertó en estas elecciones fue el voto blanco de la clase trabajadora.

Según se dio a conocer en la Mesa Redonda, el 52 % del voto cubanoamericano fue para Donald Trump y el 47 % para Hillary Clinton.

El voto cubanoamericano no fue el que le dio la victoria a Donald Trump en la Florida

Como había explicado en la sección la Esquina del pasado lunes, el periodista Reinaldo Taladrid aclaró los datos aportados por varios sondeos respecto a las preferencias electorales de esta comunidad.

Según se dio a conocer en la Mesa Redonda, el 52 % del voto cubanoamericano fue para Donald Trump y el 47 % para Hillary Clinton. Taladrid recordó que George W. Bush logró el 75 % del voto cubanoamericano, MCaine el 65 % de los votos y Romney en el 2012 el 52 %.

En el caso de los votantes del condado de Miami Dade, donde existe la mayor concentración de cubanoamericanos, ganó Hillary Clinton, la cual le sacó el doble de votos a Donald Trump, con 620 mil votos contra los 333 mil del magnate inmobiliario; o lo que es lo mismo logró el 66 %.

En el caso de las elecciones por el senado donde se disputaban los cupos Marco Rubio y Patrick Murphy, en ese propio condado perdió Marco Rubio con solo el 43 % de los votos. Su rival demócrata ganó al igual que la Clinton.

Taladrid aclaró que ganaron los republicanos (Trump-Marco Rubio) la Florida pero no por los votos de los cubanoamericanos que viven en el condado de Miami Dade.

En el caso de New Jersey, territorio en el que reside la segunda concentración de cubanoamericanos, Hillary Clinton ganó también las elecciones con el 54.9 % de los votos. Entre tanto en ciudad de Las vegas, en el estado de Nevada, votó a favor de Hillary el 48 %.

El periodista concluyó que en las tres ciudades donde viven mayor cantidad de cubanoamericanos ganó Hillary Clinton. Sin embargo se reeligen Ileana Ross, Mario Díaz Balart, Carlos Curbelo y Albio Sires, los cuatro representantes de origen cubano americano ¿Por qué?

Taladrid aclaró que el tema Cuba no fue decisivo en esos cuatros distritos, y que se tuvo más en cuenta quienes eran los rivales de ellos. Por ejemplo, el oponente de Ileana Ross se le acusaba de atropellar a una persona por conducir bajo embriaguez.

Otro tema a tener en cuenta, alertó el analista, es la cantidad de cubanoamericanos que votan. Del más de medio millón de cubanoamericanos llegados a Estados Unidos luego de los acuerdos migratorios en 1995, están inscritos para votar solo el 43 % y se calcula que solo vota alrededor del 20 %. Entre tanto los llegados antes de 1980 están inscritos cerca de 97 % y vota más del 90 %.

Este último grupo expresa estar en contra de la política de Obama hacia Cuba y favorecen el mantenimiento del bloqueo.

Para el analista Sergio Alejandro Gómez Gallo, Hillary pierde más las elecciones de lo que Trump las gana, ya que esta, perdió el apoyo de millones de electores demócratas en comparación con Barack Obama.

Facebook y el FBI: las piedras en el zapato de Hillary Clinton

Para el analista Sergio Alejandro Gómez Gallo, Hillary pierde más las elecciones de lo que Trump las gana, ya que esta, perdió el apoyo de millones de electores demócratas en comparación con Barack Obama. Según aclaró, no fueron los escándalos del FBI y los anuncios de la apertura de investigaciones por parte del ente gubernamental lo que hizo caer la popularidad de la Clinton, sino más bien el propio “cansancio de la figura de lo que representaba ella para el electorado”.

“Ella estuvo golpeada por una imagen de una política –torcida o corrompida- como afirmaba Trump, que la afectó mucho. Era la típica política de Washington”.

Sobre el papel de las redes sociales argumentó que por primera vez en las últimas décadas les han dado un canal directo a los políticos para interactuar con las audiencias sin las intermediaciones tradicionales de los medios de comunicación.

“Eso desempodera a los medios definitivamente, sin embargo quita muchos filtros políticos que necesitan la clase política para clarificarle esos mensajes a la gente. Ahora la gente ya no está expuesta a dichos filtros y esto es una recomposición de la política”.

Tomado de: Cubadebate